Somos un ministerio de alabanza y adoración que existe para conectar a cada persona con el corazón de Dios a través de una genuina adoración. Cada uno de nosotros estamos comprometidos en predicar el evangelio hasta lo último de la tierra.
Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. Marcos 2:12
El asombro de la multitud y su adoración a Dios resaltan que los milagros no solo son actos de compasión, sino también oportunidades para glorificar a Dios. Cuando somos testigos de la obra de Dios en nuestras vidas y en las vidas de los demás, nuestra respuesta debe ser una alabanza y reconocimiento de su poder.
Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró; y corriendo a él, le saludaron. Marcos 9:15
Este versículo también nos recuerda la importancia de acercarnos a Jesús con humildad y entusiasmo. La multitud no se quedó pasiva, sino que corrió hacia Él. Del mismo modo, debemos tener un corazón dispuesto y apasionado por buscar a Jesús en todo momento, sabiendo que en su presencia encontramos paz, dirección y esperanza.
Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices. Marcos 15:2
La pregunta de Pilato, "¿Eres tú el Rey de los judíos?", pone de manifiesto la incomprensión y la incredulidad de los líderes y autoridades de la época. Jesús no negó su identidad; en cambio, confirmó su realeza de una manera que deja claro que su reino no es de este mundo. Su respuesta nos invita a reflexionar sobre cómo entendemos y proclamamos nuestra identidad en Cristo, incluso cuando enfrentamos dudas y oposición.