Cimentados en Amor
(Efesios 3:14-19)

Estar “arraigados y cimentados en amor” significa que nuestra vida debe estar profundamente enraizada en el amor de Dios. Este amor es tan vasto que Pablo usa dimensiones físicas para describirlo: ancho, largo, alto y profundo. Nos desafía a comprender y experimentar este amor que supera todo entendimiento humano.
Finalmente, Pablo desea que seamos llenos de la plenitud de Dios. Esto implica vivir una vida que refleje la totalidad de su carácter y presencia en nosotros. Al meditar en este pasaje, pidamos a Dios que nos fortalezca y nos llene con su amor, para que podamos vivir plenamente en su gracia y verdad.

Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?. Hechos 3:12

Pedro destaca que el milagro no fue realizado por su propio poder o piedad, sino por el poder de Jesucristo. Esta afirmación nos recuerda que, como creyentes, debemos reconocer y dar gloria a Dios por las obras maravillosas que ocurren a nuestro alrededor. No debemos atribuirnos el mérito por las cosas buenas que suceden, sino siempre señalar hacia Dios, quien es la verdadera fuente de todo poder y bondad.

Este hospedará en casa de cierto Simón, curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas. Hechos 10:6

Dios envió un ángel a Cornelio con instrucciones claras: buscar a Pedro, quien le diría lo que debía hacer. Esta instrucción muestra cómo Dios guía a aquellos que sinceramente le buscan y desean seguir su voluntad. Nos recuerda que debemos estar atentos a la guía divina en nuestras vidas, dispuestos a obedecer cuando Dios nos indica un camino a seguir, incluso si ese camino nos lleva a situaciones inesperadas o fuera de nuestra zona de confort.